Último post desde la India

Bueno, hoy va de lo último de lo último, lo muy muy, y lo más más y lo tope de lo tope muñequito…

Hoy es mi último día en la empresa, hoy he venido por última vez en el trayecto que tantas veces he recorrido, una hora de viaje todos los días, muchos días durmiendo, muchos días escuchando música, muchos días leyendo (bueno, no tantos, acabé Lolita, eso sí fue un hito, luego empecé con el Marqués de Sade, bastante aburrido, y ahora estoy con don Eduardo Punset y su Viaje a la Felicidad, recomendable), muchos días mirando, muchos días pensando, muchos días sintiendo, muchos días hablando… para todo eso y para mucho más da el coche.

Pero hoy, mientras iba en el coche me he dado cuenta de que era la última vez que veía esos paisajes, a esa gente que desconozco, todas esas cosas que veo pasar desde mi ventanilla, los peajes de la autopista, el Hotel Corner, increíble sitio :P el Hotel Savara o algo así, justo en la curva que enfila la carretera donde está Rinder. La última vez que nos abren la barrera de entrada en esa dirección…

Es época de despedidas, todo se acaba, y mi beca aquí, y mi temporada de hacer el indio en India no son menos, y se acaban.

Es curioso lo que se siente, lo que yo siento. Creo que últimamente estaba tremendamente deseoso de volver a casa, de dejar todo esto atrás, de acabar de una puta vez. Más que nada era por el curro, me llegó el momento de no disfrutar aquí, y si no disfrutas en el curro, y tu curro ocupa 11 horas de tu día, pues como que mal.

Sin embargo, para cuánto dan dos días, eh?, el domingo en la visita a nuestro amigo Shakir, y arrastrando un momento depresivo agudo, de repente me di cuenta de muchas cosas, de la buena gente que dejamos aquí, de cómo viven, de cómo vivimos, no sé, me hizo sentirme diferente, un tanto sentimental. Ayer hablando con Laura en la vuelta a casa, en otro de esos maravillosamente largos trayectos de regreso a casa tb sentí algo similar, me di cuenta una vez más de muchas cosas. Cosas que voy a echar de menos, aquí tb hay algo bueno, hay muchas cosas buenas, cosas que voy a echar de menos. Ahora lo sé.

Tantos pequeños momentos de felicidad, que últimamente había olvidado porque los momentos de infelicidad me los estaban eclipsando, y ayer me dio por hacer balance, empecé a pensar en las cosas buenas, y pensé en unas cuantas, no sé, supongo que… joder, no sé, estoy con unos sentimientos confusos, por un lado estoy tremendamente feliz de volver a mi casa, con toda mi gente de allí. Pero por otro lado me doy cuenta de que hay a unos cuantos que no voy a volver a ver, a gente que me gustaría volver a ver, pero que sé casi seguro que no volveré a ver, tal vez algún día, en algún sitio…. O tal vez no.

Todo se acaba.

Hoy escribo mi último post desde la India, hoy comeré por última vez en la cantina, hoy toca despedida de tanta gente en casa de Ankush, quien creo que es uno de los muy pocos indios a los que puedo llamar amigo sin dudar, amigo como lo que se considera allí, nada de rollos de muy mejor amigo de un minuto que se ve por aquí, amigo de verdad.

Ha sido mucho tiempo en este país, a veces he pensado que era demasiado, sin embargo, y aunque sé que lo digo siempre, pero me da igual, he tenido la suerte de llegar aquí con Rubén y con Laura, y los tres (“the three” :P) nos hemos movido mucho, siempre hemos hecho algo, tantas cosas diferentes, sobre todo eso me servía para volver a sentirme un poquito más feliz, cada fin de semana se presentaba una nueva oportunidad de hacer algo nuevo. Eso es una de las cosas buenas de India, si te mueves tienes posibilidades, hay mucho por hacer, mucho por conocer, gente por todas partes con la que poder hablar.

Como dijo Laura sabiamente en su día, es curioso, pero aquí, en India, aunque parece que todo va a salir mal, al final acaba saliendo bien.

Y sí que es curioso, hay tantas cosas que podrían salir mal, que es sorprendente que no esté peor todo esto. Por ejemplo en el tráfico, por alguna extraña razón la distancia de (in) seguridad es como de dos centímetros, pero rara vez se ven hostias, ni dios lleva casco ni cinturón (tema aparte aquel artículo del periódico diciendo que el cinturón quita más vidas de las que salva…) y sin embargo no se ven muchos muertos, en los ocho meses creo que he visto un charco de sangre que dejó algún desafortunado en la carretera, y unas cuantas salidas de calzada, pero nada grave.

En fin, que todo acaba como digo, y hoy no sé por qué estoy haciendo una especie de balance, supongo que porque esto se acabó, y al final de las etapas es conveniente hacer balance.

Creo que estoy resultando un poco incoheso, si eso existe, que falta cohesión en mi post, pero eso es porque simplemente escribo lo que pienso, sin más, viene de mi cerebro a mis dedos. Me encanta hacer bailar a mis dedos al son de mis pensamientos.

Procuraré recordar otra de las cosas que he aprendido aquí, tantas cosas aprendidas, tantas cosas por aprender… es el concepto de la escritura automática que me introdujo Laura una de tantas noches de charla, es una gozada, yo en lugar de frente al papel lo he practicado unas pocas veces frente al teclado, escribo mucho más rápido, y disfruto más. Bueno, por si alguien no lo sabe, básicamente consiste en escribir, sin pensar en lo que se escribe, únicamente pensar y escribir, es muy interesante, recomendable.

Tengo tantas cosas fluyendo por mi cabeza ahora que no sale nada hacia mis dedos, todos los pensamientos pasan fugaces, cientos, miles.

Esta noche tenemos cena en casa de Shakir, en Yerawada, el barrio musulmán del que ya os he hablado, nos van a preparar una cena de despedida, son una gente de la hostia, ha sido una suerte poder conocer a esta gente tb. Estoy especialmente contento por haberlos conocido, siento que la mayoría de guiris como yo que vienen a este país hacen vida de guiri, y no llegan a conocer la otra cara tan de cerca. Yo he hecho vida de guiri, pero de vez en cuando está bien poner un pié en la otra cara para ver lo que hay, para ver lo que se tiene y lo que no se tiene, es muy interesante, se aprenden cosas nuevas, siempre hay que aprender.

Si se pierde la ilusión por aprender ya se está listo para morir.

Por otro lado tengo ganas de volver, estoy pensando en el avión, estoy pensando en la cena del viernes, la comida del sábado, la cena del sábado, pasar por el antzoki, ir el domingo de rabas, de jamada, de lo que sea, estar con toda la gente que quiero volver a estar, a todos los que os he echado de menos en diferentes momentos de todo este tiempo….

Sin embargo de momento sigo aquí, ya escribiré en otro momento sobre mi vuelta, cuando vuelva precisamente. Ahora sigo en India, estoy en India, no he sido consciente en ningún momento de cuánta distancia nos separa, cuánta distancia me separa de mi casa, de mi tierra, de toda la gente de allí, lo he sentido, sí, pero no he sido consciente. Parece que fue ayer cuando me mandaron el mail, y dije, me han dado la beca para la India, mucha gente me decía, y qué vas a hacer en la India? A qué vas a la India joder…¿ curioso, ocho meses ya, y parece que fue ayer.

Cuando se vuelve la vista atrás se empiezan a olvidar las cosas malas, el cerebro tiende a idealizar, y al final lo que queda es todo bueno. En parte por eso escribo, para dejar constancia de que tb hay parte mala, la ha habido, he tenido momentos jodidos, momentos bajos, trabajo, faldas, nostalgia mal administrada…

Pero como digo tb ha habido momentos buenos, muchos, y supongo que eso es lo que echaré de menos, esos momentos, con toda esta gente..

Y con todos estos jodidos mosquitos, tengo a uno merodeando, al acecho, estoy acribillado desde hace un par de días, estos cabrones tb se quieren despedir..

Tengo que buscar fotos chulas y hacérselas llegar a mucha gente de por aquí, esa gente que día tras día ha aparecido y desaparecido de mi vida en la India, a Avinash, con su agencia de viajes Travel Point, que sabe demostrar que con un móvil y una conexión a Internet todo es posible.

Al Vandana, la tienda donde se puede comprar prácticamente todo, a las veinte personas que trabajan en diez metros cuadrados, a los niños huevones que llevan la compra a casa y se sientan en nuestros sofás mientras recogemos.

A Puja, y a Nashir (creo que al final no es Narcís, ni ninguno de los otros nombre que le dábamos, bueno, a Bruto sí que respondía :D), por cierto que hace tiempo que no les vemos, no sé qué habrá sido de ellos me acuerdo de cuando venían a nuestra casa a jugar, a hacer un rato el chorra, me acuerdo de Puja dibujando con mi ordenador…

Al del Cherry on the top, la pedazo pastelería que está cerca de la calle Dole Patil o como se escriba, que ayer fuimos a despedirnos de él, un tipo muy majo, fuimos a comprar unos pastelitos para tener para repartir hoy en la empresa, en plan de despedida de Rubén y mía.

Al tipo de las patatas fritas, unas patatas fritas recién hechas, cojonudas.

A los de la licorería, también buena gente, a pesar de que en una de las fotos de Laura uno de ellos parece el típico que va a sacar la escopeta de debajo del mostrador..

A Amaro, y a Piradis, nuestros watchman de noche y de día respectivamente.

A Delphin, la aya creo que se dice, que es la chica que nos limpia la casa, muy maja también, por cierto, ayer hizo pira por primera vez en todo este tiempo.

A la jardinera, que sonríe cuando nos ve.

Al camarero del Fungo Mágico, un tipo muy amable y agradable que en tantas noches que nos ha llevado la pasta al forno y la pizza Zorba a casa siempre ha saludado con una sonrisa.

Al camarero del Silk Route, que nos trata tan bien siempre que vamos.

A todos esos rickshawteros que siempre crees que te van a estafar y de repente sin decirles anda te ponen el meter y son amables.

No sé, tantas cosas que no puedo acordarme de todo ahora.

Pero sobre todo, y como digo siempre sobre todo voy a acordarme de la gente que ha estado más cerca.

En fin, que este es mi último post desde la India..

Último, vaya palabra más contundente.

Sed felices :D eso me hará feliz a mí :D

muxutxuSS para todas y tb para todos, que hoy me siento generoso :P

SSergio


P.D. joder, todo se acaba